lunes, 12 de octubre de 2015

Budismo, neurociencia y la ilusión del yo


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¿Han llegado el budismo y la neurociencia a la misma conclusión: el yo no existe?

Una tendencia científica reciente postula la noción de que la conciencia es una ilusión –lo que ha sido llamado una “ilusión del usuario”. El aparato neurocognitivo, en la riqueza de su procesamiento de información, genera la ilusión de que hay alguien detrás de la máquina, un ser fijo y duradero que integra las percepciones. Este “ser” es sólo un fantasma en el hardware, una imagen o un simulacro permanentemente producido como efecto secundario de procesar innumerables estímulos. Una especie de permanencia retinal en el ojo de la mente. Una falsa noción producida por un paradigma cognitivo dualista: ¿realmente debe haber alguien que conoce, un sujeto y un objeto?

Un reciente estudio, publicado en Trends of Cognitive Sciences, teoriza en esta misma dirección, señalando que la conciencia es la reificación de la cognición. Es decir, sólo hay cognición, pero objetificamos lo que es puro proceso y, sin poder asumir el vértigo inasible de la cognición, invocamos la meta-realidad de la conciencia, deus ex machina. Claro que entramos aquí en una zona aporética, lingüísticamente problemática, puesto que entonces no habría quien invoca o quien asume o quien objetifica, sólo disolución (y re-emergencia) perenne en el cambio. (Esto es algo que había sido anticipado por la filosofía de Hume).

El filósofo Evan Thompson, entrevistado por la revista Quartz para comentar este estudio, explica:

Los budistas argumentan que nada es constante, todo cambia con el tiempo, tienes un flujo de conciencia cambiando constantemente. Y desde una perspectiva neurocientífica, el cuerpo y el cerebro están en flujo constante. No hay nada que corresponda con la noción de que existe un ser inmutable.

El artículo en cuestión concluye que “el procesamiento del yo en el cerebro no es iniciado en ninguna región o red, sino que se extiende a una amplia gama de procesos neurales fluctuantes que no parecen tener una especificidad [self-specific]“. Así que al menos sabemos que el yo (o la conciencia de sí) no está en ningún lugar en específico, que no podemos ubicarlo materialmente. Desde el materialismo científico esto nos lleva a concluir que el ser es la alucinación colectiva de los componentes del proceso cognitivo en todas sus instancias. Una visión espiritualista nos diría que el verdadero yo (el ser) no se encuentra en el cuerpo, o que está realmente en todas partes y por eso no puede fijarse en ninguna. ¿Es posible concebir que la experiencia (la conciencia) ocurra pero que que no tenga lugar (locus) o foco, sino que esté diseminada no sólo por todo el cuerpo sino por todo el mundo?

Sabemos que el budismo sostiene que el yo es una ilusión. Pero a diferencia de lo que algunos divulgadores científicos creen no postula que la conciencia no exista, lo que no existe en el budismo es la conciencia individual, el yo fijo. Para nosotros incrustados en un paradigma tan individualista esto es fácil de confundir, puesto que, pensamos, ¿para que sirve la conciencia, si no es algo que podemos tener? Y es que en el budismo y en buena parte del misticismo ocurre lo contrario, la conciencia es algo que nos tiene a nosotros (somos apenas la superficie de un proceso universal). Es justamente la conciencia del no-yo (selfless) la que nos identifica con la totalidad indivisa de la existencia. (“La conciencia es una propiedad fundamental del universo. Donde hay información integrada, hay experiencia”, dice el neurocientífico Christof Koch, o lo que es lo mismo, donde hay experiencia hay conciencia. Si llevamos esta interpretación al budismo, entonces nos inclinaríamos a decir que la existencia del universo en su totalidad, en tanto que es un perpetuo experimentar, es también una conciencia perpetua).

En el budismo se cree que el yo y todos los fenómenos que experimentamos desde este nodo de percepción –desde la separación– son ilusorios porque son impermanentes e interdependientes. La impermanencia, o anicca, es la ley de la temporalidad, todo cambia constantemente, por lo cual es un error formar cualquier tipo de apego, especialmente al yo. Sólo de aquello que no cambia, que es eterno, podría decirse que es. La interdependencia, u originación dependiente, pratītya-samutpāda, es la cadena que une a todas las cosas y por lo tanto las ata al ciclo de la ilusión, puesto que, de igual manera que con la impermanencia, de una cosa que no tiene una sustancia independiente, que no puede establecerse más que a través de algo más, no puede decirse que es. Allan Wallace, traductor de textos clásicos del budismo tibetano, introduce a la visión de la interdependencia y la ilusoriedad del mundo del maestro Padmasambhava:

Cuando Padmasambhava dice que los fenómenos son no-existentes –no están realmente ahí– quiere decir que los fenómenos no existen por su propia naturaleza, ya sea subjetiva u objetivamente. En otras palabras, los fenómenos existen interdependendientemente –su apariencia en nuestra conciencia depende de una multitud de factores y no de que ellos tengan una realidad independiente por su propia cuenta, por así decirlo.

Cuando miramos detenidamente el mundo, nos damos cuenta que cada una de las las cosas que vemos tiene su ser, su definición y su origen en otra cosa. Sólo hay una cosa que no depende de otra cosa y eso es el todo, la existencia absoluta, y esta es, entonces, la única realidad, Buda (que al entrar en el parinirvana se reconoce como el dharmakaya, el cuerpo de la ley: el universo entero como cuerpo). La existencia absoluta no puede depender de otra cosa, puesto que todo otro es ella también: la totalidad es unidad absoluta. Lo mismo: sólo hay una cosa que es permanente y ese es el devenir de todas las cosas –la cosmogénesis es siempre presencia, instantaneidad pura, caudal infinito. Lo que es permanente no son los seres, sino la existencia misma. Como dice una perspicaz frase: La conciencia no existe. Es la existencia.

Entramos en terrenos muy esotéricos y controversiales dentro de diferentes escuelas de budismo si afirmamos o negamos que la Existencia es consciente de sí misma (¿su naturaleza puede ser tal que sea conciencia, o más bien mente, pero no conciencia de sí?). Diremos, sin embargo, que las experiencias de comprensión más elevadas descritas por el budismo, las experiencia de samadhi y las intimaciones del nirvana, aunque sea por una limitación del lenguaje, asumen que el estado búdico es una experiencia cualitativa. Una subjetividad que abarca toda la realidad del universo, una integración extática de todas las experiencias en una sola. El parinirvana es descrito como un estado de absoluta felicidad. En el Mahayana Mahaparinirvana Sutra se atribuye a la liberación cuatro características: eternidad, ser, pureza y felicidad. De esto podríamos concluir –aunque existen algunas escuelas dentro del budismo que posiblemente argumentarían en contra– que el ser que pasa hacia el nirvana no pasa a la aniquilación total de su existencia, solamente a la aniquilación de su individualidad, la cual es una ilusión, el craso error de la ignorancia. Ninguna persona podrá ser jamás Buda, pero impersonalmente todos seremos (y somos) Buda. La única identidad posible, real y duradera, es el Absoluto, la Conciencia misma. Dice Manly P. Hall:

Hay un punto sutil en el hecho de que quien logra la budeidad no es un buda sino el Buda… el académico occidental considera a alguien que rompe la ley como un criminal, mientras que el oriental considera a la persona que rompe la ley como crimen.

Por otro lado, en el budismo no se considera que la ilusión del yo esté sujeta a la materia, sino al revés, la materia está sujeta a la ilusión del yo. Este ser individual ilusorio persiste más allá de la muerte, una vez que se ha echado a andar una acción o karma, la cual debe cumplir su consecuencia. El yo no es más que la inercia o la continuidad del karma (es decir, interdependencia, tenue concatenación de hechos). Este ser individual puede existir en diferentes niveles de samsara –el mundo ilusorio–, algunos más sutiles y virtuosos (similares al concepto occidental del cielo) y otros atormentados por un mayor nivel de ignorancia y por lo tanto más infernales. Pero incluso esta existencia en el paraíso o en el infierno también debe disolverse y por lo tanto puede decirse que son ilusorios. Es por esto que se dice también –y aquí existen versiones encontradas– que para el budismo el alma no existe. Sin embargo, este ser que integra distintas experiencias (en múltiples vidas) y puede elevarse a mundos más sutiles y espirituales, incrementando su conciencia y aprendiendo a vivir conforme a la ley universal hasta reintegrarse con el todo, no es realmente muy distinto del alma como es concebida, por ejemplo, en la filosofía neoplatónica, donde también la existencia individual se disuelve en la unidad, la henosis de Plotino, el viaje del Solo al Solo. El filósofo y el adepto de la alquimia, al igual que el boddhisatva, descubren que no tienen más existencia que en tanto participan en la conciencia del Absoluto y todos sus actos filosóficos no son más que el medio para reconocer esto y liberarse de la separación.

El conflicto entre las diferentes acepciones que se tiene del budismo estriba seguramente en las numerosas escuelas y los procesos de traducción –sin inicación– de las enseñanzas. Puesto que, como se dice en el Sutra del Loto, el texto fundamental del budismo mahayana, las enseñanzas de Buda están ligadas al contexto y fueron transmitidas para acoplarse al entendimiento de sus diferentes discípulos, no buscando un dogma sino la generación de una experiencia de entendimiento.
 
Twitter del autor: @alepholo
 
Fuente: Pijamasurf 

domingo, 21 de junio de 2015

Documentales del Dharma: Dharma, cultura y ecología

Un muy buen Sitio para visitar

Preah Khan, Camboya
(Clickea para gran formato)




"Soy un monje budista inglés ordenado en la tradición Theravada en Sri Lanka en 1996, recibiendo el nombre Anandajoti (alegría radiante).

Desde finales de los años ochenta he vivido principalmente en India, Sri Lanka y Malasia y actualmente estoy viviendo en la Colegio Budista Internacional de Sadao, Tailandia."

(seguir leyendo en inglés)

"In 2008 I started to look after an old Sri Lankan Temple in Taiping, Malaysia. As part of our Dharma propagation work I would show a film every Friday and hold a discussion on the issues it raised.

I left that Temple in 2010, but having just started the Dharma Records blog I wanted to continue sharing the documentaries I think are helpful for an understanding of Buddhism in its wider aspects, and the cultures it has influenced.

After more than three years of publications it seemed to me to be worthwhile to hive off the documentary side of the site into a dedicated website of its own.

The new Dharma Documentaries website presently has over 200 documentaries from three main areas:

1) all traditions of the Buddhist Teaching
2) the associated cultures, mainly in Asia
3) materials about other areas of concern, like ecology, human and animal rights

The collection presented is a personal choice, and the site is mainly for well-made documentaries and academic lectures. I will not include material just because it is on subject, if I judge the presentation to be poor.

Bearing this in mind if you have any suggestions for inclusion on the site please use the comments form below (or anywhere else on the site). As I have to review the material I normally post only one new documentary a week, usually on a Friday.

There is an accompanying Facebook Page where updates will be announced, and screenshot albums will be shared. If you use Facebook and you like the page they will come straight into your news feed.

I don’t upload any of the materials included on this site, and they are all embedded from youtube, vimeo and other video hosting websites, and I prefer to embed from educational channels, like museums, Dharma TV channels, and such like.

Anyone wanting to see material that has been posted here removed should contact the host sites, as once it is down from the host it is automatically down here also (and everywhere else too).

I have four websites besides this blog.

1) The first one I started was Ancient Buddhist Texts in 2002 as a way of publishing material from the broader early Buddhist Tradition in the original languages together with annotated translations. The website, which is still expanding, now includes texts, translations, and studies from both the early and medieval periods, in Pāḷi, Sanskrised Prākr̥t (BHS), and Classical Sanskrit. There are also resource materials, maps and a large collection of audio files, and most of the material is published in a range of formats: html, pdf, ebook, and where appropriate mp3.

2) In the year 2006 a supporter in Sri Lanka gave me a camera, and since then I have been taking photographs of the temples, pilgrimage centres and historical remains in Buddhist Asia. To accommodate this material in 2009 I started a dedicated website, Photo Dharma, to house the various collections. As of 2013 there are more than 7,000 photographs on the site all published in high-definition files, and having associated information in the various albums.

3) In 2012 I published the whole of the Sri Lankan edition of the Tipitaka in around 16,000 image files in a site which we hope will eventually house the commentaries and ancillary works also. The Sri Lankan Pali Texts site is rather specialist, and only intended for those who read the Pali language through Sinhala script.

4) Around the year 2004 at the suggestion of Jeanne Mynett I started another website to house the teachings of Godwin Samararatne, one of the best-loved lay meditation teachers in Sri Lanka in the 20th century. Godwin was my first Dhamma teacher and my first Buddhist meditation teacher, so he has proved to be one of the most influential people in my life.

As I am publishing materials in various formats and in different places in 2010 I started the Dharma Records blog which mainly acts as a center for notification of updates on the others sites, and as a place to share some other things with people.

I also have a youtube channel for various videos I have made, either recordings of Dhamma Talks, or films made from my photographs. There are also over a hundred playlists on the channel, many of which are embedded in this website."


Fuente: Dharma Documentaries
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